El dibujo es, sin duda, la base fundamental para la pintura y para cualquier disciplina artística. Aprender a dibujar es, en un 80%, aprender a mirar: es decir, aprender a simplificar y comprender el mundo de formas que nos rodea. Incluso para aquél que no aspire al hiperrealismo, conocer las bases del dibujo le será de gran importancia para poder abarcar con más seguridad todos los medios expresivos que nos ofrecen las artes plásticas. Es por esto que recomendamos a todas las personas tomar clases de dibujo a carboncillo o lápiz antes de comenzar con el color y la pintura. 

 Nuestro curso de dibujo comienza con ejercicios del natural a partir de objectos sencillos, para introducir conceptos como proporción, encaje, forma, valores de luz y sombra, profundidad y claroscuro. Dependiendo del nivel del alumno, realizaremos más o menos ejercicios de este tipo. Después pasaremos a ejercicios con referencia fotográfica, donde seguiremos trabajando la proporción y el volumen a partir de imágenes de retrato, figura humana/anatomía, imágenes de animales -donde también veremos las posibilidades del carboncillo mediante ejercicios que incluyan textura-, y paisaje en blanco y negro. 

Dependiendo de los objetivos de cada alumno, el temario puede centrarse en una modalidad del dibujo concreta, como por ejemplo, el retrato. Para este curso tan sólo será necesario que el alumno traiga carboncillo y goma de pan (el papel le será proporcionado por la academia gratuitamente). 

Una vez el alumno haya adquirido una buena base de dibujo en blanco y negro, podremos pasar al dibujo con pastel y comenzar a trabajar alrededor de la teoría del color. Al volumen, se le añade ahora la dificultad -y la alegría- del color. Trabajaremos del natural sumado a ejercicios a partir de referencias fotográficas de retrato y naturaleza.